Hay muchas señales de la pérdida de la visión. Por ejemplo, aunque tenga los anteojos puestos, si le resulta difícil:
- Reconocer las caras de sus amigos y familiares.
- Ver bien de cerca como, por ejemplo, cuando lee, cocina, cose o arregla cosas en la casa.
- Elegir y combinar los colores de la ropa que se va a poner.
- Hacer cosas en el trabajo o en la casa porque las luces parecen más oscuras que antes.
- Leer los carteles de la calle o del autobús, o los letreros de las tiendas.
Si tiene una o más de estas señales, puede que tenga baja visión.